El 29, 30 y 31 de mayo se realizó la segunda edición de Lean Startup Machine: un intenso taller donde más de 90 emprendedores aprendieron a validar ideas de negocio. La Fundación Ricaldoni participó como Media Partner de este evento.
La idea de la metodología de Lean Startup es sencilla, aunque exige un cambio de mentalidad porque contradice la idiosincrasia uruguaya: en lugar de planificar el lanzamiento de un producto hasta el mínimo detalle, lo que podría llevar meses o incluso años de producción, hay que construir un producto mínimamente viable (MVP por su sigla en Inglés) que incluya solo lo imprescindible. Es clave lanzarlo cuanto antes y buscar el feedback de los clientes, para mejorar lo que a ellos les parezca insustituible.
Lo esencial es consultar a los clientes y aprender lo que quieren, no imponerles lo que el emprendedor desea o sabe diseñar. Una lean startup puede validar un conjunto específico y amplio de hipótesis acerca de lo que la empresa es, a dónde va, y lo que tiene que hacer. Las lean startups no tratan de escalar hasta que el producto o servicio tenga un lugar en el mercado, es decir hasta que se comprueba la demanda. El objetivo es no construir productos “basura” que nadie quiera pagar por adquirirlos.
El 29, 30 y 31 de mayo, en la Incubadora Ingenio (LATU), se desarrolló la segunda edición de Lean Startup Machine Montevideo, tres días de intenso trabajo donde más de 90 emprendedores expusieron sus ideas, experimentaron y aprendieron la metodología que podrán aplicar a cualquier emprendimiento. Cuatro emprendedores participaron invitados por la Fundación Julio Ricaldoni, Media Partner de LSM.
El punto de partida de la actividad fueron 28 presentaciones sobre ideas generales de nuevos productos realizadas por los participantes. Seguidamente, se formaron 10 grupos que trabajaron durante todo el fin de semana para validar los diferentes proyectos. Toda esta actividad estuvo acompañada por presentaciones de expertos en el método Lean Startup y mentores referentes del ecosistema emprendedor uruguayo como Enrique Topolansky, Santiago Aramendía, Daniel Goldman, Catherine Krauss, Rafael García o Pablo Lischinsky.
El coordinador del Centro de Innovación y Emprendimientos de ORT, Enrique Topolansky, explicó que Lean Startup “es una metodología contracultural en Uruguay. En general al uruguayo le da miedo salir a exponer su idea porque cree que se la pueden robar. Entonces esta metodología hace que te arriesgues a compartir y de esa manera obtener muchos puntos de vista de otras personas que te van a ayudar a entender, y es ahí donde vas a encontrar el verdadero motivo de por qué a alguien le puede interesar tu producto. Cuando tenés ese verdadero feedback vas a tener productos que a la gente realmente le sirva”, comentó.
Salir a buscar al cliente
Con el segundo día de taller llegó la prueba de fuego para los emprendedores. Después de asistir a un workshop sobre buenas prácticas para realizar entrevistas, salieron a la calle para conversar con los clientes y validar si realmente lo que habían visualizado como un problema constituía una oportunidad, si había personas dispuestas a pagar por una solución a esa dificultad y si la solución que pensaban brindar remediaba realmente el problema de los consumidores, entre otros supuestos.
La actividad fue intensa. Mientras los tableros de validación se iban llenando de Post It de colores, los emprendedores salían y entraban del edificio, fracasaban en una idea y volvían a intentar, hablaban de pivotear y de perseverar, se contactaban y aprendían de la experiencia de los otros. Durante el sábado y el domingo también hubo tiempo para asistir a charlas y worshops sobre el ADN emprendedor, métodos efectivos para validar soluciones y técnicas para crear con sentido, entre otras temáticas.
La hora de la verdad
El domingo por la tarde los rostros de los participantes a LSM denotaban expectativa, cierto nerviosismo y un dejo de cansancio. Sobre las 16:30 comenzó el momento de las presentaciones finales: ante la atenta mirada de un jurado integrado por doce mentores y teniendo a todos los participantes de LSM como audiencia, cada equipo contó con 5 minutos para presentar sus ideas, explicar el proceso de validación realizado durante el fin de semana y exponer sus conclusiones. Luego de ese tiempo el jurado tuvo 3 minutos para hacerles preguntas.
Aunque el soporte tecnológico fue el denominador común de casi todos los proyectos presentados, hubo una amplia variedad de ideas en juego: desde un sitio web para ayudar al cliente a encontrar un técnico de confianza cuando tiene un problema doméstico o una tienda de artículos para viajes, hasta un servicio de alquiler de celulares o una aplicación que alerta a los padres cuando la camioneta escolar está por llegar a casa recoger o dejar al niño.
Valiéndose de los más variados recursos -ppts, videos, dibujos y hasta representaciones teatrales- los equipos fueron presentando sus hallazgos: algunos se toparon con que no había público interesado en su idea, mientras que otros tuvieron que redefinir al cliente o achicar el alcance del servicio que brindarían. De eso se trató la experiencia: de ir adaptando la propuesta inicial de negocio a las necesidades o gustos del cliente. Fracasar y volver a intentar todas las veces que fuera necesario.
Una vez concluida la ronda de presentaciones, el jurado definió el nombre de los dos equipos ganadores en función de tres criterios: aplicación del método Lean, evidencia recabada y validación presentada. Parkkear –un sitio web pensado para contactar garajes disponibles con propietarios de vehículos sin sitio para aparcar- se quedó con el segundo lugar, mientras que Opinapp –una aplicación para que las empresas puedan conocer la opinión de sus clientes de forma rápida y económica- resultó la ganadora.
Joaquín Junker y Pablo Nadal, amigos e ingenieros industriales, son los ideólogos de Opinapp. “La idea surgió hace como un año, pero hasta el momento no había prosperado porque carecíamos de un método para saber si era viable”, explicaron los jóvenes. Ahora se entusiasman con su próxima pre-incubación en NEXO, la Incubadora de la Universidad Católica del Uruguay, un premio obtenido en LSM al que también tendrán acceso los creadores de Parkkear.
Perseverancia: la clave del éxito lean startups
El organizador de Lean Startup Machine Montevideo, ingeniero en Informática y docente de UCUDAL, Ariel Erlijman, se mostró satisfecho con el resultado del evento debido al incremento de participantes en comparación con la edición anterior y al interés demostrado por los asistentes. “Trabajaron intensamente, aplicaron bastante bien la metodología y la van a seguir aplicando en sus emprendimientos”, resaltó.
Por su parte, los emprendedores consultados concordaron en el que el método aprendido los ayudará a validar sus emprendimientos personales. Beatriz, una de las participantes, comentó: “Lo bueno de LSM es que te permite saber de manera rápida si tu idea de negocio va a ser exitosa o no, porque a veces pasa que uno tiene un proyecto que está totalmente alejado de lo que el cliente quiere o precisa”.
Quizás uno de los testimonios más esclarecedores sea el de Marcela y Nicolás. Pese a que las dos ideas que intentaron validar fracasaron, los jóvenes lograron entender el principal propósito de la filosofía lean startups. “Esta experiencia nos enseña a avanzar a pesar de las dificultades, el aprendizaje es: si te caíste, levantate y empezá de vuelta todas las veces que haga falta. Al final vas a triunfar”, concluyó Marcela. “Fracasa rápido, triunfa más rápido”. El espíritu de LSM vivenciado a pleno en un fin de semana.