El 17 de mayo no fue un día más en la ciudad de Minas. Por la tarde, los vecinos se volcaron a las calles para recibir a un grupo de jóvenes que volvía a casa luego de haber dejado bien en alto el nombre de Uruguay en una competencia internacional. 

Eran los integrantes de Alfa: un Club de Ciencias de la Escuela Técnica de Minas que, junto a dos grupos juveniles de Colonia, representó a Uruguay en Intel ISEF, la mayor Feria de Ciencia e Ingeniería del mundo. 

Los otros Clubes que viajaron a la ciudad de Pittsburg (Estados Unidos) fueron: EM Pozos, de Nueva Palmira, con su proyecto “Tratamiento de aguas residuales con microorganismos eficientes” y Al rescate de la alimentación, de Rosario, con la iniciativa “Educando a pequeños chefs”. Los tres equipos fueron promovidos por el Departamento de Cultura Científica de la Dirección de Innovación, Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (Dicyt) del Ministerio de Educación y Cultura (MEC) tras haber obtenido los mejores resultados en la Feria Nacional de Clubes de Ciencia 2014. En tal instancia, Alfa consiguió además una mención especial de la Fundación Julio Ricaldoni, lo que le permitió exponer en Ingeniería deMuestra 2014.

“Una de las prioridades de la FJR es fomentar el estudio de la ciencia y la tecnología en los estudiantes de nivel secundario y lograr que le pierdan el miedo a la ingeniería. En ese sentido, nos alegra que IdM les haya servido como plataforma de lanzamiento para seguir adelante con su proyecto e incluso aportar un granito de arena para que encuentren su vocación. Además algunos de estos proyectos podrían transformarse en emprendimientos en el futuro”, dijo Julieta López, directora ejecutiva de la FJR.

Una vitrina hacia el mundo

“El futuro es brillante y depende de ti”. Con ese slogan, la Feria Intel ISEF convocó entre el 10 y el 15 de mayo a 3500 estudiantes de más de 70 países, quienes presentaron unos 1700 proyectos vinculados a energía, agua, alimentación y efectivización del tiempo. Además de interactuar con jóvenes de todo el mundo y de exponer sus proyectos ante un jurado experto, los embajadores uruguayos tuvieron la oportunidad de participar en un panel de discusión con siete premios Nobel y conocer el famoso estadio de los Angeles Lakers, entre otras vivencias.

“Esta viaje genera un antes y un después en la vida de los jóvenes de muchas formas”, enfatiza Gustavo Riestra (director de Cultura Científica de la DICYT) y señala que para algunos representa su primer viaje en avión o incluso su primera visita a Montevideo. “Con esta clase de experiencias, aprenden que nuestra cultura no es la única, desarrollan el sentido crítico hacia sus proyectos y actitudes, y lo más importante es que toman conciencia de que cuando uno realmente quiere algo y está consustanciado con la causa, puede alcanzarlo” enfatizó el jerarca.

Por buen camino

Según Riestra, Uruguay demostró en la feria que sus proyectos están a la altura del primer mundo, lo que llevó a que la OEA distinguiera a dos de ellos, Alfa y EM Pozos, entre los 50 mejores. Sin embargo, resalta que para el MEC hay otras cosas que son más valorables que los premios, como el hecho de que dos jóvenes que antes pensaban terminar bachillerato y ponerse a trabajar, hayan decidido estudiar ingeniería.

El director dijo que Uruguay “va por buen camino” en lo que refiere a fomentar el interés de los jóvenes por la ciencia y resaltó el rol clave que los Clubes de Ciencia cumplen en Uruguay desde hace tres décadas. “Desde ANEP y MEC estamos trabajando para fomentar el aprendizaje basado en proyectos: una metodología que aplican los países que se encuentran a la vanguardia y que implica un cambio de metodología y actitud por parte del docente”, indicó.

Entre otras cosas, el trabajo por proyectos involucra trabajar sobre temáticas que interesan al alumno, incentivarlo a que tome un rol activo en la construcción del conocimiento y poner en juego sus múltiples capacidades e inteligencias.

Riestra no duda que la experiencia de los Clubes de Ciencia pueda ser la semilla de futuros emprendedores. “Tenemos ejemplos de equipos que han trascendido el ámbito educativo para constituirse como micro empresas, e incluso de algunos proyectos que han sido retomados por empresas para materializarlos”, comentó.

Alfa presente en el mundo

Motivación, voluntad, capacidad para aprender por sus mismos medios y muchas horas de esfuerzo, son algunos conceptos que podrían definir al Club Alfa, integrado por los estudiantes de Electrónica Industrial: Juan Beracochea, Mario Fernández, Michael Romero, Marcelo Patrone y Eduardo Gimeno, y por los docentes Wilder Martínez y Gerardo Charquero.

“La idea de construir una sonda exploradora surgió el primer día de clase de 2014 inspirada en el robot Curiosity: quisimos construir un dispositivo que pudiera ser aplicado en distintos ámbitos laborales, como el de seguridad, la industria frigorífica y el agro”, explicó Patrone.

El proceso de materialización de Alfa fue corto pero intenso. “En un año construimos cinco prototipos y tuvimos que aprender a ser autodidactas: al principio los profesores nos orientaban, pero llegó un momento en que superamos lo que el programa de estudio establecía y tuvimos que recurrir a otras fuentes de capacitación, como internet y el propio proceso de aprendizaje ensayo- error”, explicaron los jóvenes. “Ellos tienen tantas horas dedicadas a este proyecto, que sin duda hay cosas en las que saben mucho más que yo”, dijo por su parte el docente Martínez.

Cada uno de los integrantes del equipo aportó lo que mejor sabía hacer y todos fueron incorporando nuevas competencias en campos como la programación, electrónica, mecánica, soldadura, cálculo de resistencia de materiales y electrotecnia.

“Los estudiantes de UTU a menudo son vistos como personas que tienen menos capacidades para llegar a la Universidad”, dijo Martínez. Patrone, por su parte, manifestó: “con este logro demostramos que la educación técnica es de gran calidad e importancia en Uruguay, y que hay mentes creativas aplicadas al servicio de la humanidad”.

FJR: Abriendo puertas

La opinión es unánime: el apoyo de la Fundación Julio Ricaldoni abrió puertas a Alfa hacia nuevas experiencias. Wilder Martínez afirmó “Ingeniería deMuestra nos dio una visibilidad increíble en medios de prensa y nos acercó a otras instituciones que también han colaborado con Alfa”. Por su parte, Riestra dijo que el apoyo de la FJR constituyó un “espaldarazo” y una cuota extra de motivación para estos estudiantes.

Además, el jerarca recalcó el apoyo de más de 40 organizaciones que, de distintas formas, colaboran para que esta clase de experiencias se puedan seguir haciendo. “A veces con muy poquito esfuerzo se puede cambiar la óptica de un estudiante, un docente o una comunidad para mostrarle que hay otras oportunidades”, concluyó.