Aunque en la Universidad de la República la mayoría del estudiantado está compuesto por mujeres (63,8%), en FING la realidad dista mucho de ser así: las estudiantes de sexo femenino representan el 32% del total de los alumnos activos. Pese a ello, ellas sobresalen, investigan y emprenden, cosechan logros e impulsan al país hacia el futuro. Vayan estos cuatro ejemplos a modo de homenaje hacia todas las mujeres ingenieras que trabajan día a día construyendo un mejor Uruguay.

En su saludo de bienvenida a la generación 2015, el rector Roberto Markarian recordó sus años de estudiante en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República y dijo que mientras que entonces solo tenía cuatro compañeras, hoy casi el 64% de la matrícula de UdelaR está conformada por mujeres. En efecto, así lo indican los datos del Censo de Estudiantes Universitarios de Grado del año 2012 de la UdelaR: ellas representan el 63,8% de la población estudiantil total de este servicio universitario.

Pero aunque en los últimos 4 años la brecha haya tendido a acortarse, la matrícula de estudiantes de FING sigue siendo esencialmente masculina: según datos de la Unidad de Enseñanza, en 2014 ellas representaron el 23,9% de la matrícula entrante, mientras que en 2010 el porcentaje había sido del 22,4%.

En diciembre de 2014, durante la firma del convenio de la beca Ing. Martha Elena Peluffo Etchebarne de Jauge, Héctor Cancela, ex decano de este servicio universitario, dijo: “Aún hay muchas mujeres que descartan la ingeniería por considerarla una profesión de hombres, cuando en realidad todos tenemos los mismos talentos para cursarla”.

Los 4 casos de mujeres ingenieras que hemos elegido para ilustrar esta nota, son un reflejo fiel de estos talentos: investigadoras, emprendedoras y apasionadas por su labor, todas están sabiendo dejar su nombre grabado en las mejores páginas de la historia de la ingeniería en Uruguay. En el repaso por sus trayectorias va nuestro reconocimiento a todas las ingenieras que desde su labor diaria construyen una mejor sociedad.

Martha Peluffo Etchebarne de Jauge: primera mujer medalla de oro en Fing

Nacida el 13 de mayo de 1913, la Ing. Peluffo fue una de las primeras mujeres egresadas de la Facultad de Ingeniería de la UdelaR. Ingresó allí en 1932 y obtuvo su título en 1938, siendo la primera mujer en ser reconocida con la medalla de oro de la Facultad. En sus primeros trabajos colaboró con el cálculo de la estructura del actual edificio de FING y tras su retiro integró la Comisión del Edificio.

En el mes de diciembre del año pasado, la familia de Martha firmó un convenio con la Fundación Julio Ricaldoni, por el cual otorgarán una beca de US$ 12.000 a una alumna avanzada de ingeniería de la UdelaR. La iniciativa busca homenajear la memoria de Martha (quien era una persona “estructuralmente solidaria”, en palabras de una de sus hijas) y colaborar a que una estudiante pueda terminar la carrera.

Eleonora Catsigeras: “cuando me preguntan cuál es mi hobby, digo matemática"

En 2014, la matemática Eleonora Catsigeras fue la ganadora del premio nacional L ́Oréal- UNESCO “Por las Mujeres en la Ciencia” gracias a su proyecto Neurodinámica. El galardón distingue a científicas cuyas investigaciones contribuyan al progreso del conocimiento científico y redunden en un beneficio para la sociedad. La ganadora recibe US$ 20.000 para subsidiar la ejecución del proyecto.

Eleonora es profesora grado 4 del Instituto de Matemática y Estadística Rafael Laguardia (IMERL) de la Facultad de Ingeniería de la Udelar; allí lidera un grupo de investigación interdisciplinario integrado por matemáticos, físicos, biólogos y neurocientíficos.

“El nombre del proyecto condensa en una palabra su objeto de estudio: neuro refiere a redes neuronales (que pueden ser naturales o artificiales) y dinámica a los sistemas dinámicos, es decir aquellos que evolucionan con el tiempo”, explicó la científica. En esencia, la investigación aborda las propiedades de evolución en el tiempo de sistemas conformados por múltiples unidades dinámicas que interactúan entre sí.

“Si bien los modelos provienen de las redes neuronales del sistema nervioso, se descubrió que el mismo concepto sirve para explicar comportamientos en redes sociales, circuitos de ingeniería eléctrica, diseño de redes neuronales artificiales y fenómenos físicos” indicó. En ese sentido, agregó que “se trata de un modelo que tiene mucha aplicabilidad y que puede conducir a diseños tecnológicos concretos”.

Liliana Borzacconi: “en Facultad nunca me discriminaron por ser mujer”

Liliana es doctora en Ingeniería Química y docente titular del Instituto de Ingeniería Química en la Facultad de Ingeniería, donde trabaja en el grupo de investigación BIOPROA (Biotecnologías de Procesos para el Ambiente). También fue presidenta del Consejo Nacional de Innovación, Ciencia y Tecnología (CONICYT).

“Las investigaciones de BIOPROA apuntan a resolver problemas ambientales a través del tratamiento biológico de residuos líquidos (efluentes industriales, aguas cloacales) y sólidos generados por la industria” explicó la científica. El grupo utiliza un sistema anaerobio (no requiere oxígeno) para el tratamiento de los deshechos, lo que supone un interesante beneficio: generar energía en forma de Biogás. “Nos enfocamos en problemas importantes para el Uruguay: todas las cadenas agroindustriales generan residuos orgánicos y algunas lo hacen en volúmenes importantes: el objetivo es procesarlos y evacuarlos de forma eficaz” explicó Liliana.

El tamaño relativamente pequeño del país los ha llevado a estar en permanente contacto con la industria y a desarrollar reactores para una maltería, un frigorífico y una cooperativa de leche, entre otras empresas. Actualmente están probando un reactor piloto en Montevideo Refrescos, que piensan usar para generar nuevos desarrollos.

Borzacconi explicó que el Instituto de Química es un caso atípico en lo que refiere a presencia de mujeres en FING: “entre los alumnos hay un número parejo de hombres y mujeres, mientras que en el instituto hay una presencia importante de mujeres” afirmó. Si bien recuerda que cuando entró a la Facultad, en 1978, le tocó ser la única mujer en un grupo de 40 estudiantes, subraya que siempre se sintió plenamente integrada.

Victoria Alonsoperez: una emprendedora de pura cepa

Con tan solo 27 años, Alonsoperez se ha transformado en representante de una nueva generación de jóvenes emprendedores. Ingeniera electricista graduada de FING, en 2014 fue reconocida como Innovadora del Año en la categoría menores de 35 por la prestigiosa publicación MIT Technology Review.

Entre sus desarrollos, considerados de alto impacto en las áreas de la agricultura y la ganadería, se encuentran Chipsafer (un collar autorrecargable que permite monitorizar cada vaca, alertando de robos y enfermedades en tiempo real) y Cloudsat, una startup que desarrolla y vende drones que pueden ser usados para la agricultura de precisión.

“En mi camino como emprendedora, FING me enseñó a resolver problemas”, señaló la joven a la FJR y explicó: “en la Facultad no se da todo el conocimiento masticado, entonces muchas veces el alumno tiene que salir a buscar soluciones alternativas”. Instada a dejar un mensaje a los jóvenes uruguayos con ganas de emprender, Victoria dijo “les recomiendo que detecten un problema y se animen a resolverlo, porque está muy bueno cuando se trabaja en un proyecto que puede generar un impacto positivo en el mundo”.