Una serie de juegos de matemáticas en realidad virtual para Secundaria; una red de estaciones de bicicletas que funcione en puntos estratégicos; un servicio de soluciones inteligentes para la gestión de residuos en empresas e instituciones; así como un sistema de sensores para la obtención de datos necesarios para productores, en primera instancia, vitivinícolas; son algunas de las ideas que surgieron de la segunda edición del proyecto Espacio Dieste (ED).

Las propuestas fueron presentadas en video-conferencia por sus autores ante un equipo de la Fundación Julio Ricaldoni (FJR), los tutores que los acompañaron en el proceso de trabajo, representantes de Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República (Fing-Udelar) y de Santander X, institución que brindó mecenazgo al programa.

Espacio Dieste es una herramienta para impulsar el desarrollo de ideas innovadoras de base científico tecnológica en fase embrionaria, a través de la cual los emprendedores reciben tutorías personalizadas y gratuitas en las áreas de la ingeniería, las ciencias económicas y del diseño. Esta herramienta de la Fundación Ricaldoni y de la Facultad de Ingeniería, que comenzó a funcionar en febrero de 2019, cuenta con el mecenazgo de Santander X.

Luego de varios meses de trabajo los equipos compartieron cómo han evolucionado sus proyectos. Uno de ellos fue Sebastián Sciuto, quien diseñó juegos matemáticos en realidad virtual para ser utilizados en contexto de aulas de liceo. El proyecto surgió al detectar las dificultades que tienen los estudiantes para aprender las fracciones, “las que se arrastran desde ciclo básico hasta bachillerato”. La propuesta está pensada para trabajar con jóvenes de entre 13 y 18 años, y para ser ofrecida en el mercado de juegos de realidad virtual disponible en internet. 

Alfonso Ruibal, Federico Licandro y Santiago Gibert contaron el camino avanzado en su emprendimiento BiciMon: un sistema de red de bicicletas inspirado en los existentes en otras ciudades del mundo. Según lo planteado la red estaría instalada en puntos estratégicos vinculados a los trayectos universitarios, y colaboraría con la generación de hábitos saludables entre los estudiantes y otros usuarios de los bi-rodados. Al mismo tiempo incentivaría una propuesta de traslado “ecológica, económica y saludable”.

Por su parte, Carlos Acosta, Gonzalo Macedo y Hugo Coitiño trabajaron durante meses en la idea de un servicio de sensores para la obtención de datos geográficos que les permitan a los productores evaluar aspectos productivos y ambientales, que en la actualidad se consiguen artesanalmente. La propuesta de los emprendedores, que se conocieron en la licenciatura de Geografía de la Udelar, está pensada en primera instancia para el sector vitivinícola. Sostienen que al reducir el uso de agroquímicos los productores podrían pensar acceder a mercados comerciales internacionales más exigentes.

El proyecto de Gonzalo Del Priore y Nicolás Silvera consiste en “un servicio que crea soluciones inteligentes para la gestión de residuos para empresas e instituciones”, por ejemplo, las educativas. Apunta a fomentar el reciclaje en lugares grandes donde pueden generarse muchos residuos y donde las personas tengan interés en reciclar.  Entre otros aspectos, el proyecto contempla el diseño de un contenedor que sea “innovador, inteligente y con una única boca” de ingreso para los residuos.  

Las presentaciones por video-conferencia de los emprendedores resumieron no solo el esfuerzo de varios meses de trabajo, también significó la culminación del proyecto ED como tal.

“La perseverancia, la resiliencia y ejecutar bien una idea, son algunas de las claves del éxito”, expresó Andrea Solari.

Las claves del éxito

“Estamos muy contentos con el desarrollo del programa y con los emprendedores que lo han transitado. Sus devoluciones, donde agradecen y valoran nuestro acompañamiento y   sugerencias, manifiestan que ED fue una experiencia sumamente positiva tanto para la Fundación como para el equipo emprendedor”, señaló la encargada de Operaciones de la FJR, Andrea Solari. “Estas son algunas de las tantas razones que nos impulsan a continuar trabajando en nuestro programa de apoyo a emprendedores”.

“El ED promovió emprendimientos en etapas muy iniciales, ideas en fase embrionaria por decirlo de alguna forma, pero el asunto no va en tener buenas ideas sino en hacer que estas sucedan, en llevarlas adelante. En ese sentido todos los equipos fueron buscando su propio camino, algunos transformando su plan original. En ese proceso, sus problemas y desafíos fueron cambiando y por ende las posibles soluciones. Afrontarlas sin temor a equivocarse es parte del proceso emprendedor. Allí es donde más se aprende y es algo que desde la FJR valoramos mucho. La perseverancia, la resiliencia y ejecutar bien una idea, son algunas de las claves del éxito”, expresó Solari.

Actualmente la FJR está trabajando en una nueva herramienta de apoyo a emprendedores para seguir motivando el desarrollo de ideas científico tecnológicas con el mecenazgo de Santander X.