Dispensador automático de alcohol en gel

Un dispensador automático de alcohol en gel con altavoces fue el dispositivo que fabricó el Club de ciencia AGAD de Salto, ganador del premio Fundación Ricaldoni en la Feria Nacional de Clubes de ciencia 2020.

El dispositivo fue desarrollado por los estudiantes de quinto año de Informática, Alejandro Chiappa, Javier Amaral y Gabriel Ojeda; y por el estudiante de cuarto año de Electromecánica, Damián Morelis, de la Escuela Catalina Harriague de Castaños (UTU), con la orientación del profesor de Electrotecnia, Javier Morelis.

La idea se les ocurrió al comprobar que nadie higieniza los frascos de alcohol en gel que están a disposición del público en los diferentes locales. “Notamos que cada persona toma el frasco para aplicarse el gel pero nadie higieniza la parte que tocó ni antes ni después de usarlo, entonces el propio frasco podría transformarse en un foco de trasmisión”, relató Gabriel.

Detectado este problema, decidieron construir un dispensador automático que no tuviera manipulación por parte del usuario. Para eso implementaron un sensor infrarrojo que detecta la mano del usuario y acciona un servomotor que tira un chorro de gel.

“Como en nuestra escuela hay personas con problemas de visión, nos dimos cuenta que no podrían usar el alcohol porque no sabrían dónde está, entonces le pusimos un parlante que avisa dónde está el aparato”, explicó Giovanni. El sistema de audio se activa mediante un sensor de movimiento, cuando detecta que hay personas cerca. “Aquí hay alcohol en gel”, indica la voz grabada por uno de los integrantes del Club. "Después se nos ocurrió agregarle una pantalla led para personas con problemas auditivos", señaló.

Cien por ciento salteño

 Para fabricar el dispositivo, analizaron varias opciones y decidieron diseñar ellos mismos las piezas y construirlas en la impresora 3D de la escuela. Pero antes, tuvieron que aprender a hacerlo.

“Se precisaban piezas a medida para apoyar el servomotor y la placa Arduino”, recuerda el orientador Javier Morelis. “Primero consultamos a un colega para que nos ayudara a usar la impresora. Después los muchachos aprendieron a diseñar y a modelar en 3D. En el proceso hubo errores. Tomamos mal unas medidas, hubo que hacer algunas piezas de vuelta, pero eso cobra importancia por las ganas de superar las adversidades, por el entusiasmo y las ganas que siempre pusieron”.

Giovanni comenta que “el tema de las medidas les costó un poquito, porque partimos desde cero”. Pero que, más allá que tuvieron que volver a diseñarlas e imprimirlas, a la postre les salió más barato que haberlas mandado a hacer. Y además aprendieron, que es el objetivo de los Clubes de ciencia.

Por su parte, Gabriel explica que, más allá de que precisaban piezas a medida, el grupo quería que el dispositivo fuese de ellos. “Las diseñamos para que fuera más nuestro y para poder cambiarlas. Queríamos hacerlo nosotros mismos, hacerlo solos. Que fuera nuestro”.  

Mirá el video que presentó el Club de ciencia en la Feria Nacional 2020.

El proceso de aprendizaje

Sobre el proceso realizado durante el año, Giovanni está realmente contento. “Nunca pensé que fuese a crear un dispositivo desde cero, desde la programación hasta la fabricación”. Recuerda que el momento más duro fueron los días previos a la Feria Departamental porque pensaron que no llegarían a presentarse pero trabajaron mucho y lo lograron.

“Hicimos un buen trabajo. Cuando uno hace algo que realmente le encanta, se ve el trabajo de otra manera, porque no lo veía como un trabajo: tenía ganas de hacerlo y de presentarlo. Cuando arrancamos dijimos  ‘vamos a hacer lo que podamos’ y cuando quisimos acordar estábamos presentando un proyecto y ganando premios. Haber ganado el premio Fundación Ricaldoni fue la mejor noticia que nos pudieron dar”.

La forma de trabajo en los Clubes de Ciencia pone como prioridad a los jóvenes. “La metodología de trabajo que aplicamos es determinar un problema e idear una solución a través de un dispositivo o artefacto”, nos explica el orientador del Club, Javier Morelis. “Esto permite a los alumnos ir ganando competencias, no solo técnicas sino también en las actitudes y en la formación del grupo. Logran un compromiso, una dedicación. También se da un aprendizaje entre los propios integrantes del equipo e incluso algunas veces ellos me enseñan a mí. Mi rol es el de guiarlos y el de apoyarlos, dejar que sean creativos. Para mí trabajar con proyectos es enriquecedor. Está muy bueno y es muy emocionante. No solo para el orientador sino también para los alumnos. Se logran resultados buenos y es una buena forma de trabajo”.

Morelis también señaló lo difícil que les resultó trabajar durante la pandemia. “Al principio era todo virtual. Después comenzaron a hacer pequeñas reuniones. Tuvimos poco tiempo para interactuar en forma presencial, pero por otro lado aprendimos mucho de plataformas y de trabajo virtual. Hubo que buscarle la vuelta”.

Un dispensador más compacto y con más sensores

Los integrantes de Club de Ciencias AGAD están enfocados en mejorar el dispensador. Lo van a hacer más compacto y le van a incorporar un sensor de proximidad para hacerlo aún más accesible a personas con discapacidad (van a mantener el altavoz y le van a agregar un pitido que va cambiando de ritmo y de frecuencia a medida que la persona se acerca).



También van a mejorar el sistema de carga de la batería. “En la versión actual, hay que sacar la batería para cargarla. Estamos trabajando para poder enchufarle un cable sin tener que sacarla”, explicó Giovanni.

Los estudiantes sueñan con que su dispositivo esté presente en centros educativos de todo el país. “Este dispositivo le sirve a todo el Uruguay”, afirma Giovanni. “Cuando lo mostramos en la Feria Departamental nos llegaron varios pedidos para otros departamentos. Nos gustaría que estuviese en distintos centros educativos, porque hay concentración de personas y queremos evitar focos de contagio”.  

“Queremos hacer una pequeña contribución a la sociedad para terminar con el COVID”, apunta Gabriel.

El premio Fundación Ricaldoni

La 34 Feria Nacional se desarrolló en el pasado mes de noviembre de 2020 en formato virtual a través de la Plataforma AVE del MEC. Reunió a más de 400 Clubes de ciencia, los que realizaron sus investigaciones en más de un centenar de localidades de todo el país, reuniendo a miles de niñas, niños, adolescentes, jóvenes y adultos. La iniciativa fue organizada por el Ministerio de Educación y Cultura y contó con el auspicio de UNESCO y del Rotary Club.


El premio otorgado por la Fundación Ricaldoni (FJR) consiste en una invitación a exponer el dispositivo en Ingeniería deMuestra 2021 y 12.000 pesos para solventar gastos de participación. Desde 2014, la FJR ha otorgado un premio para las categorías Chajá Científica y Chajá Tecnológica.

Conocé a los Clubes de Ciencia que ganaron las ediciones anteriores del premio Fundación Ricaldoni y participaron de Ingeniería deMuestra:  

Premio Fundación Ricaldoni 2019: máquina procesadora de maní con cáscara (Laboratorio de Electromecánica de la Escuela Técnica Superior de Paysandú - UTU)
Premio Fundación Ricaldoni 2018: adhesivo, protector e impermeabilizante a base de espuma plast reciclada y combustible (Centro Juvenil Encarando Che de Minas).
Premio Fundación Ricaldoni 2017: ladrillos ecológicos (UTU de Construcción ETS de Tacuarembó)
Premio Fundación Ricaldoni 2016: Los Caza Mosquitos (Instituto Tecnológico Superior de Paysandú)
Premio Fundación Ricaldoni 2014: Sonda exploradora Alfa (Escuela Técnica de Minas)